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Descubriendo Monreal de Ariza

Estoy deseandico que esto termine para volver a patear esos pueblos que tanto me gustan y poder volver a hacer esas visitas guiadas con la que tanto disfrutáis pero (de momento) solo las podemos hacer virtualmente así que hoy os propongo un planazo… ¿ me acompañáis a los confines de la Comarca de Calatayud? pues os llevo, de visita virtual, a un pueblo que tiene un patrimonio impresionante…. MONREAL DE ARIZA…. la población más meridional de la Comarca de la Comunidad de Calatayud, situada a 48 kilómetros de esta ciudad. Se encuentra a unos 760 metros de altitud sobre el nivel del mar, tiene una extensión de 61,6 km2, y cuenta con un barrio pedáneo desde finales del siglo XIX llamado La Granja de San Pedro del que ya hablamos en su momento.

La configuración geológica de la localidad se compone de materiales miocénicos tales como conglomerados, arcillas y areniscas, lo que sin duda han condicionado también los materiales constructivos y las tipologías arquitectónicas que a lo largo de más de tres milenios se han venido desarrollando en el término municipal de esta localidad.

De esa ocupación humana, desde tiempos inmemoriales, nos hablan la decena de yacimientos arqueológicos que se encuentran diseminados por su término municipal de entre los que destaca la ciudad celtíbera de Arcóbriga, excavada y estudiada en el siglo XIX por el Marqués de Cerralbo; un yacimiento interesantísimo que bien merece una visita.

El patrimonio histórico artístico de Monreal es espectacular es muy, pero que muy recomendable callejear por Monreal contemplando desde la arquitectura más humilde a las sobrias fachadas de casas solariegas. El casco urbano se arremolina en torno al impresionante conjunto fortificado que, en la actualidad, está siendo restaurado. El conjunto fortificado es una especie de ciudadela, cerrada por largas cortinas de muralla.

En la cota más elevada y plana se levanta el primer recinto, construido en tapial levantado sobre una base de sillarejo. En los grandes paños de tierra arcillosa aún se conservan las improntas o mechinales que marcaron los rollizos que sujetaban las maderas de los encofrados, técnica que según algunos autores nos remonta a un pasado andalusí. En el interior de este recinto se conservan los restos de una torre de planta pentagonal, realizada en un aparejo completamente diferente, piedra de sillería caliza, que algunos autores catalogan como la torre del homenaje.

Los recintos defensivos restantes se escalonan en altura sobre la ladera de la muela siendo el inferior, con toda probabilidad, el más reciente quizás del siglo XV. Este último presenta un cambio considerable en el aparejo de construcción con respecto a los otros, paños de piedra de sillería irregular con refuerzo de sillares en las esquinas y remate de almenas con saeteras.

Todavía se conservan los restos del arranque de un arco a la entrada del mismo, que fue demolido a principios del siglo XX ,según cuentan los vecinos, pues impedía el paso de las peanas y estandartes de las procesiones. Servía de acceso a todo el conjunto religioso-militar, ya que este recinto conduce al siguiente, donde se levanta la iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. En el extremo opuesto al ingreso se levanta la pequeña capilla o ermita exenta, de los siglos XVII-XVIII y dedicada a San Pascual.

La antigua iglesia parroquial llevaba cerrada décadas y amenazaba ruina hasta que, hace unos pocos años gracias al tesón del Ayuntamiento con Ángeles su alcaldesa a la cabeza y al empeño de José María Valero está siendo restaurada ( mi más sincera enhorabuena).

Es un impresionante edificio datado en el siglo XII, que en origen pudo ser la capilla del castillo y que sufrió tres ampliaciones posteriores; en los siglos XVI y XVII que, sobre todo, afectaron a su fisionomía interior y a su altura. Las obras corrieron a cargo de Gaspar de Villaverde, Francisco de Aguirre y Juan Segura, todos maestros de Calatayud. Esta reforma llevada a cabo en 1619 consistió en elevar el templo en altura, respetando los muros originales románicos en piedra de sillería, con muros de mampostería que soportan una bóveda de cañón con lunetos con decoración de yeso labrado de tradición serliana, muy similar a la de la Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud y a la iglesia de San Pedro de Sabiñán.

Al interior del templo se accede a través de una portada románica, labrada en piedra arenisca, se compone de tres arquivoltas doveladas de medio punto, de mayor anchura la interior con decoración geométrica de tacos y billetes. Una de las piezas más singulares es sin duda alguna es la enigmática pila bautismal, inventariada en su día por Abbad Ríos, quién la describe como «la pila bautismal es de piedra; tiene inscripciones de cruces de los templarios, a quienes perteneció Monreal» algo que algunos autores han puesto en duda.

Y es que para algunos autores el castillo de Monreal de Ariza o «Mont-Regal aldea Farizae», fue fundado por Alfonso I, para unos en 1124 y según otros en 1128, «como señalando el límite máximo de sus posesiones territoriales por el curso del Jalón» como defensa de los territorios aragoneses frente al vecino reino de Castilla. Algunas fuentes hacen referencia a la confusión que existe entre dos lugares con toponimia similar, fundados por las mismas fechas y con el mismo fin, la defensa de la frontera, en este caso Monreal de Ariza y Monreal del Campo lo que llevaría a la teoría de la fundación de lugar por tanto de la cofradía de la Militia Cristi como de la Orden del Temple.

Tras la Guerra de los Pedros, en la que Monreal estuvo durante largas temporadas en manos de los Castellanos, Pedro IV vendió al barón Guillem de Palafox, la villa de Ariza y sus aldeas (Bordalba, Embid, Alconchel, Monreal, Pozuel y Cabolafuente). A los Palafox como señores de Ariza y sus aldeas y castillos, se les trasmitió la jurisdicción civil y criminal, de mero y mixto imperio, y fueron suprimidos todos los privilegios de los habitantes de estos pueblos.

Las reivindicaciones de los vasallos, encaminadas a recuperar la condición anterior al dominio de los Palafox, desembocaron en cruentas revueltas, cuyo clímax comenzó en febrero de 1557, cuando el concejo de Monreal de Ariza, harto de los abusos por parte de Rodrigo de Palafox y Mendoza se armaron y se hicieron fuertes en el castillo teniendo que intervenir la Corona entre vasallos y señor. La situación se agravó el 7 de marzo de 1561, cuando los vecinos de Monreal, encabezados por el infanzón Francisco Martínez de acuerdo con sus hermanos Martín y Juan, mataron de un disparo de arcabuz al titular del señorío, Juan de Palafox, a su paso por la localidad. El incidente conllevó importantes represalias: la localidad fue arrasada, siendo perseguidos los vasallos incluso fuera de las fronteras, desterrados los clérigos. Los tutores del heredero, sus tíos Juan Agustín y Enrique y Guillen de Palafox, hicieron expulsar de la aldea a hombres, mujeres y niños, dispersándolos por los campos, donde murieron muchos de ellos, y a los sospechosos de ser cabecillas de la conspiración los mantuvieron presos en el castillo. Unos hechos que no quedaron ajenos al conocimiento del rey Felipe II que tuvo que intervenir en el asunto.

Como veis nuestros pueblos están llenos de historias que merecen ser conocidas y recordadas por eso os recomiendo visitas como esta… pues Aragón está llena de lugares asombrosos solo hace falta que los aragoneses nos lo creamos…

José Luis Cortés Perruca

Fotografías de José Luis Cortés y J. Miret